Tarjetas de crédito sin comisiones, ¿realmente existen o hay letra pequeña?

Hoy en día, las entidades financieras compiten ferozmente por captar nuevos clientes y, en ese contexto, las tarjetas de crédito sin comisiones se han convertido en el anzuelo favorito. Anuncios por todas partes prometen “sin gastos”, “cero comisiones” o “gratis para siempre”. Pero, ¿qué tan cierto es eso? ¿Hay truco? Vamos a poner las cartas sobre la mesa, sin rodeos.

Índice de contenidos
  1. La promesa sin costes...
  2. Comisiones ocultas
  3. ¿Cuándo conviene una tarjeta sin comisiones?
  4. Conclusión

La promesa sin costes...

De entrada, parece una oferta irresistible. ¿Quién no querría una tarjeta que no cobra por mantenimiento, emisión o renovación? En muchos casos, esto es cierto. Algunas entidades, especialmente las fintech o bancos 100% online, sí ofrecen tarjetas de crédito sin comisiones de forma bastante transparente. Pero ojo, que no siempre es tan bonito como lo pintan.

Muchas veces, lo que se elimina por un lado, se compensa por otro. Es decir, puede que no pagues una comisión fija anual, pero sí te enfrentas a tipos de interés muy altos si decides fraccionar el pago o aplazar compras. Y eso, a largo plazo, puede salir mucho más caro que una comisión de mantenimiento tradicional.

Comisiones ocultas

Las comisiones más comunes que suelen “esconderse” en la letra pequeña son estas:

  • Por disposición de efectivo en cajeros (aunque no uses esa opción, está ahí)
  • Por impago o retraso en la cuota mensual
  • Por cambio de divisa al pagar en el extranjero
  • Por duplicados o reexpediciones de la tarjeta
  • Por seguros asociados no solicitados explícitamente

Además, muchas de estas tarjetas que se anuncian como “sin comisiones” lo son solo el primer año o mientras se cumplan condiciones como gastar un mínimo mensual o domiciliar ciertos ingresos. El problema no es que esas condiciones existan, sino que a menudo no se explican con suficiente claridad.

Por eso es recomendable revisar siempre comparadores de tarjetas de crédito, donde se presentan condiciones reales y actualizadas.

¿Cuándo conviene una tarjeta sin comisiones?

Buena pregunta. La respuesta no es blanca o negra, sino que depende de tu perfil como usuario. Si sueles pagar el total a final de mes, sin fraccionar compras, y no haces disposiciones en cajeros, entonces sí, una tarjeta sin comisiones puede ser tu mejor aliada.

Ahora bien, si tiendes a aplazar pagos o a usar la tarjeta como salvavidas financiero, es probable que los intereses o cargos extra acaben pesando más que cualquier comisión que hubieras pagado con una tarjeta tradicional.

Conclusión

Es cierto que hoy en día hay más alternativas sin comisiones que nunca. Pero eso no significa que puedas bajar la guardia. La clave está en entender cómo funciona el producto, leer con calma y comparar antes de firmar nada.

 

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